martes, 24 de febrero de 2015
FONDEADO EN PUERTO
Con las primeras luces del dia, arribo a puerto. Hay una actividad incesante
en los barcos de pesca, que se van pertrechando, para hacerse a la mar.
Arduo oficio el de estos hombres. Curtidos en una batalla constante contra las
adversidades, pero felices. Es su vida. Es lo que han vivido toda su existencia.
En definitiva es su profesión. Digna donde las haya.Siempre he sentido una
profunda admiración y respeto hacia ellos.
Tras dejar fondeado el barco, uno de los marineros que ayuda a los pescadores,
me acerca a tierra. Me dirijo al bar, del que soy asiduo, siempre que recalo por
estos lares. Antonio, el dueño, me saluda efusivamente, le correspondo del
mismo modo. Lo de siempre, le digo. Está marchando, me replica.
Habia más gente de lo habitual. Habia comentarios entre unos, discusiones
entre otros. No sabia que estaba ocurriendo. Hasta que me percaté de que
estaban hablando del acontecimiento del dia anterior. El debate de la Nación.
Enseguida comprendí a que se debia el clima, que se respiraba hoy, en un
lugar, donde todo es camaraderia.
Eché un vistazo a los titulares de los dos periodicos que se paseaban por la
barra. Destacaban las frases: EMPLEO,CRECIMIENTO,BIENESTAR......
Enseguida comprendí a que se debia el hostigamiento que se respiraba entre
los parroquianos.
Creo que no es necesario explicar la indignación que se respiraba entre los
presentes. Llegaban de "la mar", y de repente, a través de una pantalla, se
dan cuenta de que habian arribado a otro pais. Lo que estaban viendo y
escuchando, no estaba sucediendo aqui. Se miraban extrañados.¿ Donde hemos
arribado ?, se preguntaban perplejos, ante el discurso de un Sr., alto y con
barba, que en aquel momento, se encontraba en el hemiciclo.
Uno de ellos gritó: Todos a bordo. Zarpamos. Nos hemos confundido de puerto.
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