viernes, 24 de abril de 2015
LA PENULTIMA MENTIRA
A LOS QUE PORTAN LA BANDERA TRICOLOR
Quien ha sido máximo representante de los españoles, durante tres largas
décadas, ha resultado ser otro fiasco, de la lista interminable, que venimos
padeciendo en los últimos tiempos.
El que era catalogado de campechano y cercano, nos ha tenido sumidos
en una infamia permanente, que conforme vayan aflorando verdades, del
secretismo, en el que ha estado amparado por su privilegiado "status", nos
irán dejando paginas, que probablemente nunca se leerán en los libros de
historia, de este país, pero que hoy, sabemos que es una realidad palpable.
Me refiero, a la doble vida, que ha llevado durante muchos años, el penul-
timo de nuestros monarcas.
Engaño, para su entorno más allegado, para todos los que de una forma u
otra, se han visto traicionados, por un comportamiento amoral, difícil de
entender, pero que es una cruda realidad.
Decepción para los que se sienten monárquicos. Para los que nunca, se han
sentido identificados con el sistema, a la indiferencia, se le sumaran califica-
tivos, mucho más elocuentes.
No todo se puede perdonar.Con abdicar y desaparecer, no es suficiente.
Mientras el país, se debate en el ser o no ser, donde todo lo negativo, se
dispara, en porcentajes desorbitados, no hay un discurso donde no se incluya
la palabra austeridad, otros, que debían ser ejemplo de lo que predican, se de-
dican a la "gran vida", demostrando una irresponsabilidad extrema, y una
falta de respeto, que resulta ofensiva para con la ciudadania.
A nuestra cualidad de capacidad de sufrimiento, le sumamos hace tiempo,
la paciencia, y esta baza la están jugando a la perfección, o eso creen. Pero
nada es eterno, y algún día, que ya no se puede dilatar mucho más en el
tiempo, ante la incompetencia, el engaño permanente, nos veremos obli-
gados a retirarles, lo que un día depositamos en ellos, la confianza.
Tanta mentira acumulada, en todo y por todos. Difícil de explicar, y más
aún de entender, que se ha convertido en credo irrespetuoso, donde no
existe el amén, porque es interminable.
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