Hoy no es el día más apropiado, para ponerse delante de un te-
clado. No hay ideas, que lleven más alla, de la tristeza y cons-
ternación, por el terrible accidente acaecido ayer en tierras fran-
cesas. En mi pensamiento, el sufrimiento, de todos aquellos que
han perdido algún ser querido, en el fatídico vuelo.
Se reflejaba en los rostros de los familiares, que iban llegando,
la más fiel representación de la tragedia, de la angustia, de la
desesperación.
Conforme van transcurriendo las horas, comienza a aflorar la
impotencia, ante una situación, en la que, en lo único, que pue-
den colaborar, es en la espera.
Difícil encrucijada, en las que, de repente, te acorrala la vida.
Lo que habían sido abrazos, alguna risa, y un ¡hasta pronto!,
pocas horas antes, se torna, en un viaje sin retorno, para unos,
y una estancia, que ya no será igual que antes, para muchos
otros. Por supuesto, esas familias, esos amigos, esos compa-
ñeros, jamás olvidaran esta fatídica catástrofe, y esta fecha la
marcaran, con luto, en el calendario de sus vidas.
Solo pedir,que la espera, sea lo más breve posible, y cuanto
antes, puedan dar descanso, a sus personas queridas.
Desde aquí, mi plegaria, para los que nos han dejado, de for-
ma tan dramatica, y por los que se quedan, para que su
aflicción se les haga lo más llevadera posible. Difícil, pero
es lo que, sinceramente, deseo.
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