HOY: LAGRIMAS POR PARIS. MAÑANA ¿POR QUIEN LLORAREMOS?
Algunos se han empeñado en oscurecer de la forma más tragica su inapelable slo-
gan: "Paris, ciudad de la luz", y hoy han conseguido su objetivo, cubriendo con un
velo negro, la luminosidad que desprende.
Anoche, mientras veiamos tranquilamente la televisión, escuchabamos la radio, o
disfrutabamos de la lectura de un libro, se producia un espeluznante atentado, otro
más, que por mucho que lo intento, y por más que lo pienso, no encuentro pala-
bras, y mucho menos calificativos, que puedan servir de apellido a esta sinrazón.
El nombre, si lo tengo claro, se llaman ASESINOS, y lo pueden llevar a gala los
que de forma ruin, han sido capaces de asestar este golpe, no solo a los parisinos,
si no a todos los que nos sentimos ciudadanos libres, indistintamente del país en que
nos ha tocado nacer, del idioma que hablemos, de las creencias religiosas....., hoy
sentimos y compartimos el dolor de cientos de familias, que han visto entrar la muer-
te en sus casas, de forma inesperada, pero sobre todo, con una crueldad inusitada.
De nuevo Paris, Francia, el mundo libre, se tiñe del más riguroso de los lutos.
Consternado por los acontecimientos, quiero hacer una reflexión, y no tengo por
más que llegar a la conclusión, de que la forma de actuar de Occidente, de nues-
tros dirigentes, son los que nos han puesto en el punto de mira de esta "guerra" de-
clarada, en forma de terrorismo. Hay muchos antecedentes, pero la intervención en
Irak, de los que todos sabemos, y las politicas de intervención de Francia en la cri-
sis de Siria, han sido el último detonante, que ha desatado la barbarie que venimos
sufriendo los últimos años.
Las formas de terrorismo han cambiado. Es dificil entender quienes son estos acto-
res que se movilizan y que pueden estar en cualquier parte, prestos a disparar de
forma indiscriminada, sin ningun tipo de miramientos.
Ningun crimen de estas caractericticas tiene justificación, y mucho menos perdón,
pero, no lo olvidemos, recogemos lo que sembramos.
Hay que buscar, si es necesario de forma desesperada, la formula de vuelta a la
cordura. Hay que preguntarse como conseguir la paz, crear nuevas estrategias para
abordar los conflictos e implantar otra política de seguridad y democracia global.
De lo contrario, los campos seguiran sembrados de odio y venganza, y la cosecha
no puede ser otra que la muerte, que se llevará por delante, como siempre ocurre
en estos casos, a miles de inocentes.
Hoy lloramos el dolor de Francia. Mañana, ¿ por quienes serán las lagrimas ?
No hay comentarios:
Publicar un comentario