domingo, 30 de agosto de 2015
¡ VIVA LA AMISTAD !
¡ VIVA NERVA ! ¡ VIVA SAN BARTOLO !
Alegría indescriptible la que vivimos, en esa maravillosa experiencia, que estuvo
anunciada como "reencuentro", pero que entre todos, logramos que se convirtiera
en algo más que una cita, que por cierto, nos debía el tiempo.
Entre abrazos interminables, sinceros, de los que fortalecen el sentimiento de amis-
tad que nos une, sin muchas palabras de por medio, ni tan siquiera las necesarias.
Las miradas suplían, y de que manera, lo que en esos momentos, no te deja expresar
la voz. Demasiados sentimientos encontrados y acumulados. Tus ojos hacían las
preguntas, y de los que tenias enfrente, provenian las respuestas. ¿ Puede haber con-
versación más sincera ?.
Cuanto tiempo transcurrido en el calendario, pero a la vez, que poco había corrido
el reloj en nuestras mentes, donde los recuerdos, los buenos momentos, surgían por
todos los rincones, y lo que más se repetía era: ¿ te acuerdas de....?, y tras el sonido
de las risas, se escuchaba, " como no me voy a acordar ".
Feliz de haber recuperado algo de lo que nunca tuve dudas, pero que el tiempo y la
distancia, parecían empeñados en negarlo.
Momentos inolvidables los vividos en estos para mi cortos días, pero de una intensi-
dad indescriptible. Dignos de ser añadidos al "álbum" de nuestros recuerdos, para poder
disfrutarlos en cualquier momento, y que perduren en el tiempo.
Gracias a la tierra, que nos vio nacer y partir. Testigo presencial de nuestra adolescencia,
y que se ha convertido de nuevo, en epicentro y lugar de reencuentro, de tantos senti-
mientos compartidos. Por eso, desde lo más adentro, me sale: ¡ VIVA NERVA ! ¡ VIVA
SAN BARTOLO !.
Y por supuesto un grito, que este sí, sale del corazón : ¡VIVA LA AMISTAD!
Un abrazo sincero, sin que sirva de despedida, para los presentes, los ausentes, y para
los que desgraciadamente, ya no están entre nosotros.
sábado, 15 de agosto de 2015
ESTE AÑO, EL DIA 21, "SAN BARTOLO"
ESPERADO REENCUENTRO
( A mi amiga Luisina)
El hormigueo comienza a aparecer cuando se acerca la fecha señalada, porarte y magia, que una amiga en común, ha querido que muchos la hayamos
marcado en rojo y con mayuculas en el calendario.
Por las casualidades con las que, a veces, nos sorprenden las redes sociales,
creo que se va a hacer realidad algo que todos hemos pensado alguna vez,
pero que por multitud de circunstancias, no se habia llevado a cabo. Yo se
lo achaco más al tiempo. Ese que a su paso, dicen, lo borra todo. Pero hay
casos, y este es uno de ellos, en que el efecto es contrario, y en nosotros, lo
mentos inolvidables que vivimos juntos. Corto espacio en el tiempo, pero inten-
so y sincero. Nuestra amistad era afecto personal, puro y desinteresado, que
no ha podido, ni podrá borrar el paso de los años.
Siento rabia contenida, porqué mi pensamiento está con los que, desgraciada-
mente, ya no están entre nosotros. ¡Y qué, coño!, deberian de estar, por dere-
cho propio.
Tristeza por los que querrian estar, pero que las circunstancias, no se lo van a
permitir. Aún, sin no asistir, estarán. Algunos llevamos más de cuarenta años
sin vernos, y no va a ser su "no presencia", motivo de que no esten ese día
con nosotros.
Así, que mientras llega el día señalado, me he atrevido a expresar, muy somera-
mente, lo que, a buen seguro, tendremos ocasión de revivir, cuando nos tenga-
mos frente a frente, y el abrazo desprenda todo lo que el tiempo nos ha robado.
Desde aquí, mi abrazo anticipado a todos. ¡Y hasta muy pronto!
Este año, para algunos, el dia veintiuno de Agosto....será San Bartolo.
sábado, 8 de agosto de 2015
EL AMOR DE MI VIDA.
A ELLA, EN NUESTRO CUARENTA ANIVERSARIO
Aunque estamos en periodo vacacional, y me habia prometido no escribir,
pues la mente también requiere su merecido descanso, no he podido evitar
la tentación de ponerme delante del teclado. La fecha es importante en mi
vida. No todos los dias son aniversario de boda, y hoy, ocho de Agosto, es
fecha para mi, señalada en el calendario.
Siento admiración y respeto, hacia la persona que quiero, y a la que en su
día elegí para compartir mi vida. Apoyo incondicional, en los momentos difi-
ciles, sin el cual, posiblemente no hubiese sido capaz de superar. Siempre ha
estado, siempre está ahi, y porqué no, me voy a atrever a decirlo, creo que
siempre estará.
Cuando se tienen dieciseis años, miras a una chica a los ojos, y sientes un cos-
quilleo en la barriga que te hace estremecer hasta el punto de sonrojar y no
poder articular palabra, es la más maravillosa de las sensaciones.
Y yo lo sentía, cada vez que la miraba. Y ahora entran los miedos.¿ Que le
digo, y como se lo digo?.¡ Marvillosa ignorancia, de la edad!. Pero sobre todo
miedo, a no ser correspondido.
Se disiparon los temores. El "cosquilleo" era mutuo. No se puede expresar con
palabras, lo que se siente en ese momento. De la tierra al cielo en cuestión de
segundos. El destino acababa de unirnos.
Y tras más de cuarenta años caminando de la mano, sigo teniendo las mismas
sensaciones que cuando la conocí.
Ayer, sentados en una terraza, charlando tranquilamente, sin saber la razón, le
pregunté: ¿He sido yo, el amor de tu vida?. A lo cual me respondió: Totalmente.
Y no me devolvió la pregunta.¿ ? Así, que ahora, como ya he teminado de de-
partir con ustedes, y tras desearos toda la felicidad del mundo, iré a responderle
a la pregunta que no me hizo.
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